domingo, 10 de octubre de 2010

El obturador y su velocidad



Recuerdo que la primera vez que me explicaron lo que era el obturador en fotografía, lo compararon con el ojo humano. Años después, cuando mi hermana empezó la carrera de medicina, me dijo que cuando le habían explicado las partes del ojo, se lo habían comparado con el obturador de la cámara fotográfica... Que casualidades. Y es que en verdad, tienen muchas cosas en común.

Yo os explicaré un poco, de manera básica, lo que es el obturador en fotografía. Se trata de el dispositivo que controla el tiempo en el que llega la luz al elemento sensible (película o sensor). Junto con la abertura del diafragma, la velocidad de obturación es el principal dispositivo para controlar la cantidad de luz que llega al elemento fotosensible.



El obturador, está situado justo delante de la película o sensor, y está formado por dos cortinillas: una de apertura y otra de cierre, y se mueven en la misma dirección. Funciona primero bajando una de las cortinillas que abre el obturador y después, según el tiempo de exposición que hayamos seleccionado (llamado velocidad de obturación) se baja la segunda cortinilla, cerrando la ventana que da paso a la luz en el obturador.


Según la velocidad de obturación que hayamos seleccionado, las fotografías saldrán de una forma o de otra. La velocidad de obturación se expresa en segundos y en fracciones de segundo, y oscilan entre los 30 segundos y 1/8000 . Podemos distinguir entre dos clases de velocidades:
Velocidades rápidas: superiores a 1/60 segundos. En ellas, el obturador permanece abierto muy poco tiempo dejando pasar menos luz hacia el elemento fotosensible. Con ellas se consigue congelar o reducir notablemente el movimiento.


Aquí os pongo un ejemplo de una fotografía tomada en un río. Cómo véis, las gotas de agua están "congeladas" distinguiendose perfectamente el agua que cae.


Velocidad lentas: Son las inferiores a 1/60 s. En ellas, el obturador permanece abierto más tiempo dejando pasar más luz. Con esto se consiguen imágenes movidas, desplazadas, otorgando mayor sensación de movimiento. Cuando se usan estas velocidades es recomendable usar un trípode para evitar que se mueva la cámara por el pulso.


En la siguiente fotografía, tomada con una velocidad de obturación lenta, se puede apreciar el efecto del agua en movimiento.

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